martes, 9 de septiembre de 2008

Cisma o reto

Un escogido de Dios

“Soy un pastor ordinario escogido por Dios para proteger las Escrituras”, así definió su misión en entrevista recogida por la BBC, el Arzobispo Metropolitano y Primado de toda Nigeria, Peter Jasper Akinola. Reconocido por The Times como una de las cien figuras más influyentes del mundo contemporáneo, el arzobispo Akinola es protagonista en el debate que hoy sacude a la Iglesia Anglicana, un debate que incluye varios de los temas de mayor importancia en la reflexión teológica y en la acción pastoral de las Iglesias Cristianas hoy. Asuntos sobre cómo entender las Escrituras, el papel de las mujeres en el seno de las estructuras eclesiásticas y la aceptación o rechazo de las personas lesbianas y gays sacuden a la mayoría de las confesiones cristianas y son el eje del conflicto en la Iglesia Anglicana. La controversia no es sencilla y ya ha logrado la polarización de algunos sectores. Muchos comienzan a mencionar la palabra cisma, como posible fin de la situación.

Debate teológico o prácticas post coloniales

Las antiguas relaciones coloniales y post coloniales del presente se convierten en argumentos que entran y salen de esta polémica. Para un sector de los obispos africanos el nuevo discurso teológico sobre el papel de las mujeres en la Iglesia Anglicana, la forma de reinterpretar los textos bíblicos y sobre todo la apertura hacia las personas lesbianas y gays es una imposición de las Iglesias del norte sobre las Iglesias del sur. Más aún algunos han planteado que la homosexualidad es un mal de occidente que no debe alcanzar al continente africano. Estos obispos son, junto al arzobispo Akinola , los portavoces de un conservadurismo tan fortalecido que actualmente amenaza llevarse a una buena parte del mundo anglicano. Este conservadurismo hace un llamado a volver a los orígenes del Evangelio predicado por los misioneros durante el siglo diecinueve, quienes paradójicamente fueron parte de la política de asimilación en las antiguas colonias inglesas.

En los últimos años el crecimiento de las antiguas hijas ha sobrepasado por mucho a la Madre Iglesia Anglicana. Con un total de diez provincias y 99 diócesis, la Iglesia de Nigeria supera en estructura y crecimiento a la Iglesia de Inglaterra, cuna del anglicanismo. De los 77 millones de anglicanos en el mundo, 20 millones provienen de Nigeria, el país africano más poblado. Un impacto directo del crecimiento del anglicanismo en el sur es el aumento de obispos que en su mayoría provienen de una tradición más conservadora y se oponen radicalmente a los cambios que se van generando en algunos sectores de las Iglesias de Estados Unidos, Canadá e Inglaterra.

Con el fin de reaccionar a lo que se consideró como traición a los acuerdos de la Conferencia de Lambeth de 1998, Akinola junto a otros obispos conservadores crearon la Global Anglican Future Conference (GAFCON). Las conferencias de Lambeth se celebran cada diez años bajo el auspicio del Arzobispo de Canterbury y Primado de la Iglesia Anglicana, puesto ocupado hace siete años por el Dr. Rowan Williams. Estas conferencias son los espacios de reunión del obispado y uno de los pilares de unidad de dicha confesión de fe. En Lambeth 1998 el cuerpo de obispos definió el matrimonio como una relación única entre un hombre y una mujer, además concluyó que el ejercicio de la sexualidad entre personas del mismo sexo es opuesto a las enseñazas de las Escrituras. A pesar de esa resolución y haciendo uso de la autonomía que le es permitida, diócesis en los Estados Unidos y Canadá, movidos por una nueva reflexión teológica, dieron paso a cambios en las prácticas eclesiásticas. Esos cambios incluyeron la creación de rituales para bendecir uniones de parejas del mismo sexo, la consagración como obispo de New Hampshire en el 2003 a Gene Robinson, quien es abiertamente gay, además en el 2006 nombraron como Obispo Presidente de la Iglesia Episcopal de los Estados Unidos (título equivalente a primada) a Catherine Jefferts Schori, primera mujer en ocupar dicha posición y quien apoya el nuevo rumbo de la Iglesia. Más allá de los cambios las acciones de GAFCON en contra de las diócesis liberales en Canadá y EU han sido tan exitosas que tuvieron impacto en parroquias conservadores en el norte. Es así como comienza un proceso de desafiliación en el que parroquias norteamericanas quedaron bajo la autoridad del Primado de Nigeria, Peter Jasper Akinola. Como parte de la misión evangelizadora , el Primado de Nigeria crea Convocation of Anglicans in North America (CANA) e incluso consagra obispo a Martín Minns para atender a las comunidades desafiliadas. El Reverendo Minns sacerdote de la parroquia de Turo Church al norte de Virginia, estuvo al frente del proceso de desafiliación de las estructuras de Iglesia Episcopal de los Estados Unidos.

Para muchos las acciones de GAFCON y del Arzobispo Akinola son intervenciones impropias en jurisdicciones ajenas. El pasado año en una de las raras entrevistas concedidas a la prensa occidental, Akinola respondió a las acusaciones sobre intervenciones impropias en el norte diciendo que, “…cuando los americanos invaden Afganistán es en nombre de la paz mundial. Cuando Nigeria se mueve a Biafra es una invasión. Cuando Inglaterra lleva el Evangelio a otro país es misión. Cuando Nigeria lo lleva a América es intromisión…” Dejaba claro que los cambios promovidos en la Iglesia no sólo están lejos la interpretación conservadora y tradicional de la Biblia sino que además son, desde su perspectiva, imposiciones imperialistas.

De dónde viene el dinero

A la capacidad organizativa y de convocatoria de GAFCON se suma su capacidad de autogestión. Esta última quedó corroborada a finales del mes de junio cuando en un período menor de seis meses GAFCON convocó y organizó una conferencia de obispos opuestos a las nuevas corrientes en la Iglesia. La conferencia contó con la participación de sobre 200 obispos conservadores y se llevó a cabo en la ciudad de Jerusalén. De allí surgió la propuesta de formar una nueva iglesia y se organizó el Fellowship of Confessing Anglicans (FOCA). Como un signo de victoria Akinola manifestó que en tiempo record lograron recaudar 2.5 millones de libras (alrededor de $4,000.000) de los cuales 1.3 millones de libras fueron recaudados en Nigeria. No es de dudar, pues a pesar de que el 70% de la población en ese país vive con menos de un dólar al día, es también el octavo exportador de petróleo en el mundo. Sin embargo, figuras de respeto en la Iglesia Episcopal, han insinuado que la aparente auto gestión de GAFCON tiene su base en organizaciones conservadoras del norte tales como el Institute on Religion and Democracy. Estos señalamientos han sido completamente negados por Akinola.

La homosexualidad no es africana

El pasado Presidente de Nigeria Olusegun Obasanjo declaró públicamente en el 2004 que la homosexualidad es claramente anti-bíblica, no natural y no africana. Otros mandatarios africanos y algunos líderes religiosos se han expresado de manera similar. Curiosamente, a pesar de que se afirma la no existencia de la homosexualidad, más de la mitad de los países africanos criminalizan las relaciones consentidas entre personas del mismo sexo y en tres de ellos es un delito que podría tener sentencia de pena capital.

Es en este contexto de invisibilización y represión que las organizaciones gays africanas luchan al interior de diversos países aún a riesgo de sus propias vidas. En un testimonio recogido en el informe Voices From Nigeria, 2006 de la Internacional Gay and Lesbian Human Rights Commsision, Davis Mac Iyalla alega que en octubre de 2005, al día siguiente de hacer unas críticas públicas al Arzobispo Akinola, fue detenido por la policía junto a otros ocho miembros de Changing Attitudes Nigeria. Durante la detención no se les proveyó de agua o comida por un período de tres días. Finalmente fueron dejados en libertad sin acusación ni explicación alguna.

No sólo existen organizaciones de gays y lesbianas en África sino que además hay voces de disenso frente a la teología conservadora dentro de las comunidades religiosas. Una de las voces más prestigiosa es la del Arzobispo Desmond Tutu. Tutu, sudafricano y ganador del premio Nobel de la Paz, ha declarado que hacer pensar a las personas que por motivos de su orientación sexual que no son hijos e hijas de Dios es un acto de blasfemia de parte de algunos sectores eclesiásticos. A esta voz se suma el Primado de Sudáfrica, Arzobispo Njongon Kulu Ndungane, quien ha solicitado el cese de la discriminación contra las personas gays y lesbianas. Precisamente Sudáfrica es uno de los pocos países en el mundo que garantizada en su constitución la protección por motivos de orientación sexual. Debido a esto el Tribunal Constitucional Sudafricano, dictó el pasado año que se cambiara la definición de matrimonio para dar paso a los matrimonios de parejas del mismo sexo.

Un proyecto de ley aberrante

Aberración, así, según algunos religiosos conservadores es definida la homosexualidad en la Biblia y la aberración debe ser eliminada de la faz de la Iglesia y del tejido social. Estos motivos morales religiosos son los que sostienen las llamadas leyes de sodomía. Nigeria es uno de los Estados africanos que penalizan las relaciones consentidas entre personas del mismo sexo. El capítulo 42, artículo 214, del Código Penal nigeriano, establece una sentencia de catorce años para aquellas personas encontradas culpables de sostener relaciones sexuales consentidas con alguien de su mismo sexo. Además desde 1999 en doce estados de Nigeria se aplica el código penal de la Sharia, una reinterpretación de algunas normas establecidas en el Corán. Estas leyes de la Sharia establecen la pena de muerte para aquellas personas encontradas culpables de sostener relaciones sexuales consentidas con alguien de su mismo sexo.

Aparentemente esta dureza y represión no es suficiente. El 19 de enero de 2006 el entonces ministro de Justicia, Bayo Ojo sometió a consideración del parlamento un proyecto de ley que llevó por título “Ley que dispone la prohibición de relaciones entre personas del mismo sexo, la celebración de matrimonio entre ellas y otros asuntos relacionados”. Dicho proyecto, no sólo prohibía el matrimonio entre personas del mismo sexo, sino que condenaba a cinco años de prisión a toda personas que celebrase una bendición y/o unión de parejas del mismo sexo y establecía la misma sentencia para aquellas personas involucradas en registrar organizaciones, clubes o auspiciar reuniones y/o publicidad de las organizaciones gays o lésbicas. Es decir, el proyecto de ley tenía un impacto en abogados, revistas, periódicos y religiosos que apoyaran de una forma u otra a organizaciones de la comunidad gay nigeriana.

El proyecto de ley era tan escandaloso que levantó señalamientos no sólo de organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional, Human Rights Watch y la Internacional Gay and Lesbian Human Rights Commission sino que además fue señalado por el Comité de Derechos Humanos de la ONU y por el Departamento de Estado de los Estados Unidos.

Fieles a su posición, el Arzobispo Akinola y la mayoría de los sectores religiosos conservadores de Nigeria apoyaron públicamente el proyecto. De esta manera comprometieron parte de su prestigio y seriedad. Hoy afirman que la propuesta era más benévolo que las leyes de la Sharia.

Cada vez más los derechos humanos son el marco ético moral que sirve como referente para reflexionar y actuar en torno a los distintos grupos humanos. En 1994 en el histórico caso Toonen v. Australia, el Comité de Derechos Humanos de la ONU encargado de vigilar la aplicación del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos sostuvo que la orientación sexual debe considerarse una condición protegida de la discriminación. Desde esa perspectiva la discriminación hacia las personas gays y lesbianas, es un mal social. El ejercicio de ese discrimen por parte de individuos o instituciones es una conducta hostil que puede generar acciones aberrantes.

“Es más fácil desintegrar a un átomo que un prejuicio”

Próximos a concluir la Conferencia de Lambeth 2008, muchos piensan que la Iglesia Anglicana está al borde de una división. La ausencia en el evento de más de 200 obispos, casi todos de Nigeria, Uganda y Ghana podría dar justa razón a lo anterior. Habrá que esperar el curso de los hechos, pero no es la primera vez que instituciones cristianas se dividen. El disenso, la crisis y también el cisma han estado presentes a lo largo y ancho de la historia de la Iglesia, sobre todo en los momentos en que fue necesario revisar las estructuras eclesiásticas y los entendimientos teológicos para cumplir con la labor pastoral y profética.

Leonardo Boff, teólogo católico brasileño hace un llamado urgente en su libro Virtudes para otro mundo posible a la coexistencia pacífica entre “las tribus de la Tierra”, para lograrlo el respeto será una virtud necesaria. Habrá que “aprender a reconocer al otro en su alteridad, percibiendo su valor intrínseco”. Los prejuicios son obstáculos para el verdadero conocimiento de la otra persona. Al citar a Albert Einstein: “Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio” reconoce la dificultad de la tarea. Sin embargo, ese es el reto que confrontan las comunidades de fe hoy. En parte la pregunta sigue siendo la misma que durante el período de conquista e imposición de la fe cristiana en las tierras americanas y africanas, ¿son esas culturas tan diferentes a la nuestra, sujetos de condición humana o son sub-humanos a los que podemos humillar, utilizar o eliminar?

Publicado por la revista electrónica Hola Puerto Rico en julio de 2008
CMsanleon@gmail.com

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